Una creencia bastante extendida pero nada cierta es que la ortodoncia es una cosa de niños y adolescentes. Y es que simplemente recurriendo a las cifras podemos darnos cuenta de que la ortodoncia después de los 30 años no es sólo una realidad, si no que además es un tratamiento indispensable para muchas personas.
La Sociedad Española de Ortodoncia Invisible apunta a que un tercio de los adultos españoles de entre 25 y 45 años ha utilizado en algún momento algún tipo de aparato para corregir la posición y alineación de sus dientes, ya sean los tradicionales ‘brackets’ o las más modernas soluciones de ortodoncia invisible o Invisalign.
No en vano, las férulas invisibles son las protagonistas de muchas sonrisas adultas. Estas nuevas técnicas han acabado con las poco estéticas ortodoncias de antaño, siendo mucho más cómodas y eficaces, ya que no se ven a simple vista. Así pues, cada vez más personas adultas van olvidándose del aparato pero sin renunciar a cuidar su salud dental, algo que reporta muchos beneficios más allá de la estética. Y es que tener los dientes mal alineados ocasiona múltiples dificultades como no poder cortar, triturar o masticar los alimentos de la forma adecuada o que la mordida sea incorrecta.
Afortunadamente, hoy en día el carnet de identidad y la estética ya no son barreras cuando se trata de cuidar algo tan importante como la boca.