El síndrome del diente fisurado sucede cuando el diente presenta una microfisura que, por su tamaño, pasa desapercibida hasta con los rayos X. Además, su localización tampoco facilita las cosas ya que suele estar localizada debajo de la encía. Por lo general, la microfisura se da en los molares.
Los pacientes que sufren el síndrome del diente fisurado tienen dolor y sienten incomodidad al morder los alimentos. También sufren cuando sus dientes quedan expuestos a bajas o altas temperaturas. Sin embargo, al contrario de lo que sucede con las cavidades, el dolor o la incomodidad no es constante.
Si el diente frontal está fracturado se debe acudir a nuestra consulta, Clínica Dental Albia, de inmediato. Algunas no necesitan tratamiento, pero otras exigen reemplazar el diente. Entre las posibles soluciones que existen se encuentran:
– Adhesivos dentales. Supone el uso de una resina compuesta del color de los dientes. Este compuesto sella o rellena la fisura. Es un tratamiento económico, pero no tan resistente como otro tipo de alternativas. Es recomendable para los dientes frontales que no ejercen mucha presión en la mordida.
– Corona. Cuando la fisura es profunda pero no toca la raíz o la parte inferior de la encía, la corona es el tratamiento más apto. Este tipo de implantes se fabrican en porcelana. Su función es cubrir el diente dañado para permitir su restauración o mejorar su forma. Cuando no hay suficiente diente para colocar un adhesivo, suele recurrirse a este tipo de tratamiento. La corona es más resistente que la resina.
– Tratamiento de conducto radicular. Hay fisuras que afectan a la parte interna del diente. Si dicha fisura llega hasta la pulpa dental, ubicada debajo de las camadas de esmalte y dentina, es necesario realizar un tratamiento de conducto radicular para tratar la parte de la pulpa que está inflamada y salvar el diente. En este procedimieto, también se coloca una corona para preservar el diente tras tratar la inflamación.
– Implantes. Cuando la fisura alcanza la encía, se necesitará extraer el diente. Acto seguido, se colocará un implante en el hueso maxilar para sustituir la raíz del diente. Después, se cubre con una corona.