A continuación enumeramos algunos factores de riesgo que pueden derivar en enfermedades de las encías y, por consiguiente, en pérdida dental:
- Fumar: si necesitábamos una razón más para dejar de fumar, efectivamente, ¡también es malo para las encías! No sólo eso, sino que también puede disminuir el efecto de algunos tratamientos.
- Medicamentos: hay cientos de medicamentos tanto de receta médica como los que se pueden comprar sin receta, que pueden reducir el flujo de la saliva. La saliva sirve para proteger la boca, y si no se tiene suficiente, la boca queda susceptible a infecciones como la enfermedad de las encías. Asimismo, hay algunos medicamentos que pueden hacer que el tejido de las encías crezca más de lo normal. Esto también dificulta mantener las encías limpias.
- Deshidratación: por un motivo similar al arriba mencionado, la deshidratación se traduce en sequedad bucal, menor salivación y por tanto, en problemas. ¡Hay que beber agua frecuentemente, también cuando no se tiene tanta sed!
- Cambios hormonales en niñas y mujeres: estos cambios pueden hacer que las encías se hagan más sensibles facilitando así el desarrollo de la gingivitis.
- Genética: algunas personas son más propensas que otras a tener un caso grave de la enfermedad de las encías.
- Diabetes: las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones, entre ellas, la enfermedad de las encías.
- Otras enfermedades: el cáncer o el SIDA y sus respectivos tratamientos atacan de plano al sistema inmunitario, lo que también puede perjudicar la salud de las encías.